Cuando la armonía de la poesía
deambula por estas avenidas
de completa tribulación,
deseo escapar a otro lugar,
lejos de lo falsario, del 1 más 1 son 2.
El desagüe de almas en pena que atestiguan
estar vivas transitan en silencio
por los boscajes de mi esquizofrenia;
he colocado una balanza sobre el planeta
y la balanza se mueve de forma
desquiciante.
Es lo que tiene subsistir
entre magnánimas iniquidades:
que los fingimientos se cuelgan
de los paraguas,
de los padecimientos,
de las ilusiones calaveras…
En esta vida “yo voy a lo mío”,
mientras revientan voces íntegras
en la placidez de mi ventana.