Yo vivo acompañado de la muerte
esperando que un día el albedrío
decida si he de seguir el mismo río
o enviarme sin piedad al mar inerte.
La muerte, yo no creo ya en la muerte,
ni alcanzo a ver si hace calor del frío
y hasta andando hacia atrás de mi me río,
para mi sólo existe ya el presente.
Muchos miedos cruzaron por mi mente
si hubiera asido alguno habría muerto,
hoy ya penando espero en este puerto
a escribir el final impertinente.
El mañana en el hoy está presente,
amor que se convierte en amorío,
alma consigo mismo inconsecuente.
El agua se ha secado en esta fuente.
Poco a poco ha ido perdiendo el mejor brío
para al final irse apagando lentamente.