Dormir...
Cerrar los ojos
y tenerte en mí
llenándome
los tímpanos
de tu voz,
del suspiro
que precede
a tus fonemas
y a ese \"Te quiero...\"
que no desmejora
sino todo lo contrario.
Y esos versos
que recitas
y se sienten,
dentro mío,
como magma
que me quema
dulcemente.
No duermo,
y tampoco
en vigilia estoy,
en tu voz me vivo,
me envuelvo
y ahí nazco...
estoy en paz.
H. S. S.