Se desborda en vuelo
mi amor por tu horizonte;
amor que cala hondo
por la belleza de su esencia.
Sin cortapisas te has metido
por la ventana de mi alma,
abrazando mi interior
con gran devoción.
Brillan tus aguas
y como marea en calma,
te anidaste en mi playa.
Bebí el agua de tu cántaro,
agua que sació mi sed de tu ser.
Como la humedad, penetraste
en la hendidura de mi corazón
forjando, hábil alfarera,
la esperanza de mi querer roto,
alimentando así mi amor por ti.
¡Mujer de aroma grato
y mañana de un amor de verano!