Urquiza

POEMA 357

Tus piernas son el asilo

de mi corazón de fuego

seco de todo

hasta de llanto

muerto en pleno mundo

castigado por las horas, minutos y segundos.

 

 

Pero tu has llegado

como el alivio o la medicina

como un suspiro profundo para volver a soñar

esa tan diminuta boca

que me inspira y me rezonga

un beso en la esquina del sol

pero yo prefiero luna

noche sin freno y calurosa.

 

 

Aun así

todo continua

el curso de la vida

tus pies en mis zapatos

caminas conmigo a la par

y yo desarmo una nube

para lograr bajarte el mundo entero

intentos vacíos

aun así lo consigo.

 

 

No olvides, que jamás te olvido

tu mano y mi mano

son ese abrigo

resistente ante el frío

calor de tus labios

tu me enamoras.