Cuan cantidad de recuerdos
se alimenta el Alzheimer,
se desnutre mi alma
al pensar en ti.
Cuan cantidad de rabia
se alimenta la pena
-y viceversa-
sólo al saber que sentimos
y existimos.
Pero hoy,
mi ilusión desaparece
sin ser alimento
de algún vacío interno.
No.
Muere sola,
sin aviso.
Sólo se entrega al aire
de un todavía
verano enamorado
del amor,
del cual -incluso-
alguna vez
creyó la razón.
Sólo se entrega...
Y con ella,
todo lo que siento.
Incluso mi esperanza
y mi deseo de sentir.
(Que ahora no siente
y se llama desesperanza)
Pero nihilista surge
excitado el deseo,
derrotando lo que fui,
para ahora ser otro.
Uno sin esperanza,
mucho menos Dios.
-Ese fugitivo que estafa
y no escucha-
Excitado surge el deseo
al ser consciente
que él es el Rey de mis entrañas,
sólo él y la nada.
(que pese a no estar por ser nada)
la siento, siento enfático nada.
Pero, aunque no sienta.
Sé que estoy más cerca
que antes de no sentir,
Y...no lo siento.
Dejé
de
Sen
tir.