Mujer... toda mujer!
Belleza de Jerusalen.
Eres como los rayos de luz del sol,
durante los amaneceres de mi patria.
El brillo cálido de tu belleza se extiende desde el cielo de tu grandeza,
hasta los espacios mas profundos de mi alma;
ahuyentando las penumbras misteriosas, en mi interior, de esos rincones mas ocultos y solitarios...
Iluminando milagrosamente con un destello de dulzura las montañas de esperanza,
bajo las nubes de mi furtivo anhelo,
sobre en la realidad de un sueño que algún día te alcanzara
Mujer... toda mujer!
Milagro divino de la creación por la mano de Dios.
Pura como las flores entreabiertas del jardín del paraíso.
Suave como el suspiro involuntario de un poeta religioso inspirado en la fe.
Tierna como un pecado inocente, durante un desliz del pensamiento convertido en beso.
Honesta como el espejo cristalino de las aguas, de los ríos de los montes santos de la tierra prometida...
sorpresa de la vida... luz de lo ideal!
podría imaginarte dormido y soñarte al despertar,
en el éxtasis de una caricia perdida entre la magia del deseo y la sensatez de lo real...