Te fuiste apagando cual pabilo vacilante,
en silencio, en la penumbra, de una casa de reposo.
Tu habitación casi vacía, solo lo necesario.
En tu mesita de noche fotos antiguas,
tentativo desesperado de detener el tiempo.
Un crucifijo guardaba tu cabecera.
Tu hermoso cuerpo, antaño deseado y envidiado
parece extremado, probado, cansado,
dolorido a causa de un tumor al hígado.
Silencio…..muere una estrella, se apaga lentamente.
¿Quién no recuerda tu hermosa figura en la dolce vita?
Hermoso vestido negro que marcaba perfectamente tu cuerpo,
tu seno abundante, tus cabellos rubios, tu boca sensual,
mientras extendías tus brazos y llamabas al gran Mastroianni:
\"Marcello, come here! Hurry up!\"
Misterio grande la vida. Tuviste el mundo a tus pies,
belleza, fama, honor, pretendientes, ambición…
y mueres abandonada de todos en la pura miseria.
La soledad fue tu compañera al final de tu existencia:
“me han olvidado, estoy sola” dijiste a quien te acudía.
Triste realidad que me hace pensar, lo efímero de este vivir.
Certeza tenemos de donde nacemos, pero no donde moriremos
y, sobre todo, el cómo lo haremos.
En tu funeral pocas personas.
Un ramo de lirios blancos cubría tu humilde urna,
Regresarás a tu querida Suecia, donde descansarán tu cenizas.
La patria que te vio partir, con grandes sueños de princesa.
Reposa en paz Kristin Anita Marianne Ekberg.
Una oración elevo al Señor, te conceda la paz tanto deseada.
Tu alma cual blanca paloma, remontó el eterno vuelo,
Dejando este doloroso y vil suelo, que te negó su consuelo.