ARTIN ZÁLEZ

Mi guarida

Mi refugio del bosque sigue allí,

al final del camino de la lluvia

que silencia el canto de la tierra.

Sus bodegas siguen llenas de añoranza

su paredes taciturnas

almacenan el hastío de una brasa

que rehusa estar tan lejos de tu piel.

La oquedad de mi camino me supera

y encadeno el minutero del reloj

pero el tiempo se escabulle entre las hojas

y otra vez llega febrero y yo sin ti.