¡GRACIAS A DIOS!
Me siento un privilegiado
pues con la que está cayendo,
sigo sin estrecheces viviendo;
¡Suerte la que me ha tocado!
El trabajo aun no me falta,
y aunque deudas tengo algunas,
más, preocupantes ningunas
que ponga mi tensión tan alta
como los cuernos de la luna.
Tengo una familia sana
y de problemillas normales,
que aunque con imaginarios males,
nunca llegaran a escabechina
en tiempos tan anormales.
Gran sacrificio me ha costado
aunque doy gracias a mi Dios
por la ayuda que ha prestado,
en los momentos tan difíciles
que me sentía desesperado,
más con humidad de soldado:
¡Gracias Señor, por no haberme abandonado!
Joanmoypra