¡Un tonto!- dice la muchedumbre.
Capaz que se deja morir de hambre -Vociferan molestos los momoyes.
¡No es cierto, mírenlo, alza las manos al cielo!-
observan las montañas.
Capaz que toma su corazón entre sus manos para
revivir lo que no tiene vida- riendo los duendes.
Déjenlo ¿no ven como a su amor busca entre las piedras?-
la brisa incorporándose.
Los perros burlándose – ¿No lo vieron ayer?
sostenía sus recuerdos colgando en los ojos.
Tonto, tonto, tonto- a mil voces las hormigas.
Macilento, párate y sacude ese polvo mugriento y desalmado- regaña la pacha mama.
Yo lavare su rostro- se apiada la garua.
Pero déjenlo ¿no ven como sigue buscando?-La brisa de nuevo.
Ya basta muchachos- se levanta el sufrimiento-
Está conmigo, yo lo consuelo.
Me pongo de pie y los miro a todos diciendo sin fuerzas: - La amo con toda mi vida
y no está conmigo, no puedo olvidarla, quisiera estuviera aquí a mi lado
y amarla para siempre, por siempre. ¡Oh mis hermanos que desdicha!
Mira como alzo el vuelo amador tonto- con insultos el halcón.
¿No crees que deberías hacer lo mismo, claro, desde tu insignificancia?
Te entiendo amigo mío pero no puedo consolar su ausencia-contesto-
muero y no logro erguir mi esperanza.
¡Si…un perfecto tonto!- retirándose el halcón.
Ni la muchedumbre ni lo momoyes
ni las montañas ni los duendes se quedaron,
tampoco la brisa ni los perros, las hormigas y la pacha mama,
la garua de última me miraba, todos alejándose.
Todos excepto el sufrimiento y tu recuerdo
conmigo, sin ti amor,
sin ti a mi lado, solo tu recuerdo.