Culpables fueron los otros,
los bárbaros vengadores
que me impartieron dolores
entre sus violentos potros.
En tus lágrimas me hallo
porque nunca me has amado,
porque tu pan me has negado
antes que cantara el gallo.
El humano es semejante
al viento del aquilón
que lastima su talón
hasta su Aquiles errante.
Antiguas son las historias
de nuestros predicamentos
guardados en los lamentos
de nuestras doce memorias.
Esta noche se idolátra
de coyunturales días
y, el enigma de entropías
las ahoga de sumatra.
Unas bellas liras griegas
traen cadencias lejanas
mas sus axiomas son vanas
si vas caminando a ciegas.
La lengua escupe palabras
a vientos atribulados
y, siempre por mis costados
mis extremidades labras.
A la gente que vivía
dioséles el pan y vino.
Negóseles veste fino
a la gente que moría.
¡Ay! que traspasas tu lanza
por mis costados murientes
pues hasta orgullos hirientes
lo mataste de venganza.
Presiento que todo es
como un hereje ritual,
con muertes y vidas dual
que ya ha cansado mis pies.
Derechos reservados de autor
John Morales Arriola.