deniz

La luz que agoniza.

A la memoria de mi hermano

 

Cuando el crepúsculo acaba con la historia,

del hombre fiel que sin mirar alguno,

hace entrega gota a gota del amor,

en la lejana somnolencia de mayo.

El alma implora, sola, al infinito,

para que lleguen lágrimas,

en el andar taciturno de la efímera existencia,

y así morir,

aferrado al martirio de los días,

que uno a uno pasan aplastantes,

felices, de ensueños y derrotas,

y ser destruido en el segundo que se aproxima a la verdad,

sin saber, si la vida y la muerte,

son la mismo cosa,

en la vehemente ausencia de la luz.