Estoy así, como se está a veces,
cuando se está sin nadie
y la soledad crece...
Pero sé que no estoy muerto,
porque los muertos no lloran
ni presencian el permanente incendio
de sus sentimientos...
Ya aprendí que amar es dar,
que amar son hechos (no blá, blá, blá)
y que no es pecado amar...
Ensayo entonces, una ensalada de palabras,
más atrevida que una página en blanco,
más violenta que un suspiro femenino,
lo que ahora cuenta
es mi valentía...
y mis lágrimas...
Doy ahora rienda suelta
a la vorágine que me
conduce a mi destino,
sé que estoy llorando...
sé que estoy muriendo...
pero me da lo mismo.