Me duelen de los pueblos las fronteras
caminos que no van a parte alguna
el injusto reparto de fortuna
y los necios que instalan las barreras.
Me duele el trigo escaso de las eras
el niño muerto por la sed y hambruna
falto de pan, de higiene y de vacuna
y el caído que abona las trincheras.
Cuánto duele injusticia y tiranía
cuánto duelen al hombre los agravios
quién pudiera tornarles la alegría.
Quién conociera fórmula y secreto
de poner miel y música en sus labios
con los catorce versos de un soneto.