Indescifrable y carismática,
solitaria como la arena del desierto
que vuela con el viento
y con el mismo vuelve acomodarse.
Mirada ecuánime,
con esa locura de hospital,
que enreda al más cuerdo,
y da vida al desdichado.
Nada rutinaria.
Con sueños de otro mundo
compartidos en un verso,
y una sin razón
rebelde y con esperanza,
olvidando las estadísticas
sabiendo que son números,
y amando sin mañana.
Así eres tú,
amor de mi ilusión.