Hay una tormenta
oscura
en mi alma,
una nocturna ronda
de cuervos
en mi mente
Sombras crepusculares
nacen en el olvido,
ráfagas ígneas
de un odio
mustiamente bienvenido
Resignadas notas
de una melancólica
melodía,
llantos eternos
de una vida,
mi agonía
Ósculos muertos
en mis mejillas
son los recuerdos
de la primavera ida
Lágrimas secas
en mis agridulces
labios,
reflejan tu nombre
un pecado pasado