Eres bella,
como el rumor de la marea que nunca calla,
como la espuma rebelde que se aferra al viento
y estalla en el naufragio de mi deseo.
En tu piel,
se esconden dunas cálidas,
arenas blancas que arden bajo el sol de mis manos,
y un mar interminable
donde se mezclan fragancias de rosas y azafranes,
un canto de amor
que se alza como un candelabro encendido.
Eres bella,
porque el mar vive en tus ojos,
y en ellos duermen mis tormentas.
Porque tus labios guardan atardeceres
que se deshacen en luz y silencio.
Porque tus manos,
delicadas y ciertas,
dibujan gaviotas que no saben de regreso
y tocan, sin saberlo, los misterios de Dios.
11.03.2015