Tus ojos avivan mis esperanzas de hablarte
en el silencio total a través de señas sutiles en medio,
de vistas inquietas cuando codicio esos labios rojos
que bailan al rozar mis labios impacientes de amor.
Cegados están mis ojos al no querer despertar de tu afecto fatal
y condimentado con el cóctel más dulce de la pasión a ciencia cierta,
de besos pulidos con el furor de dos bocas aisladas en el silencio
para solo decirse te amo hasta el fin del mundo.
Absorbo los impulsos de tu cuerpo liviano de mujer reservada entre mis brazos
y me inserto en tu plano frágil como agujas de acupuntura,
para solo moldear tu sensible y divino cuerpo al margen del amor entre dos
con la intención de solo vaciar el néctar dulce almacenado en tu boca.
RIVAS JOSE