Como chinchulín colgado
en la rama de una higuera,
chorreando su ceguera
la justicia nos ha olvidado.
Y así estamos,
atando todo con alambre,
mientras al pueblo le llueve el hambre
los de arriba luchan por el mando.
Los fiscales son juzgados
no se salva ni el muerto,
pero lo que si es cierto
que la verdad nos dejará pasmados.
El de complicada inocencia
entregó el arma asesina
¿no reparó en lo que hacía?
todo tan raro en mi Argentina.
Ni mazo de cartas le presto
a mi mejor amigo,
a riesgo de ir preso
por instigar al juego.
Se acerca el comicio,
espero no se vuelva vicio,
esto de andar por los puertos
desparramando muertos.