Estoy sin pausa, perenne en mí,
Como cuenta gotas, como reloj sin agujas,
Como tres, tres agujas girando en mi cabeza,
Como una sonrisa fulminante que arrastra con todo,
Tengo el alma hecha pedazos, me gusta saborear eso.
Siempre perenne en mí
Y en la multiplicidad de hechos, contradicciones, admiraciones, ilusiones
Y desesperaciones que este camino provocaba,
Tu madre es bella, tu casa también,
Admiraba mucho esa campanada constante, la perenne campanada
Por la madrugada, el palomar, la calle vacía de almas,
Vacía como el aire enmudecido, vacía como el enmudecido
Decir tuyo, tus huidas al trén, tus caminatas en la orilla del río,
No me convenzas de ello, es falto de energía,
Es inverosímil, es incertidumbre peregrina,
Es una sentencia a desesperarme por siempre,
Es abstracción pura, es olvidar pero con cierta cuota de egoísmo.