Son los crecientes besos del olvido los que susurran a mi inconciente que el fin esta detras del inicio en que comienza el sol y la madrugada termina acariciando el cielo en el horizonte en donde se pierden los sucesos que los ojos alcanzan a ver retrocediendo la inercia en el sentido de la rotacion hasta que el espacio en que respiraba cuando la mañana comenzo a nacer dejando quien sabe si atras o adelante ese pequeño pedazo en que mis pensamientos yacian en un tramo desconocido entre la realidad y las caricias inmateriales de una idea.
Sin lugar a duda pensar en lo que pudo haber sido si la mañana hubiera permanecido oculta sin mostrar el azul del cielo como limite del horizonte de sucesos que delimita mi espacio en funciones visuales que no comenmoran la noche mas que con la vista de las mismas nebulosas de siempre que se esconden mezcladas en la luz del dia por detras del azul del cielo...