Explorar el tul que separa la vida de la muerte,
para buscar, si es posible, pedazos de una frente.
Ocurrencias de un pasado y caricias de un ausente,
intrigar sobre las sombras de las paredes
y querer manejar el reloj a un antojo recurrente.
Ya son años imaginando puentes y charlas,
contando cuentos ajenos y siempre buenos,
acariciando el aire lejano y cercano,
partiendo fotos queriendo verme.
Año 2000, que cercano figura,
que intensos días y que leve la lluvia,
que alcohol tan sutil y que ausencia tan viva.
Puedo ser extensión de una vida,
pero también ausencia de una.
Año de 1984 que llantos resume,
imagino, no pudo ser bueno.
Distracción del tiempo tuerto,
máscaras, risas, ojos , fuentes y yo,
por ahí,
iniciando mi muerte con mi ausente.