juan maria

El disparo

Dedos tensos y blancos nudillos

en la  mano que oprime el arma

pronta a disparar.

Y en la otra que es la zurda

las yemas trémulas acarician

con sensualidad burda

la belleza bruñida del metal.

 

El sudor acre de los poros fríos

mojando el azul de la pistola helada 

tiene levedad de extraño desafío

y la piel indiferente que transpira

en contacto  con el arma

que esa noche será letal.

 

La lisura del gatillo brinda suavidad

al índice tembloroso en su inminente

accionar sin tener mas que explicar.

El caño en la boca con sabor a metal

es indiferente al disparo perentorio

que en un instante no podrá escuchar

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