Al correrse las cortinas,
Del bello sol de la vida,
Siento llegar la partida,
Entre gratas clavellinas,
Y entre cocteles de amor.
El aire brinda su olor
Con un perfume divino,
La luna brilla sonriente,
Se hace mas grato el presente
A este pobre peregrino.
Agradezco diariamente
A lo ignoto del destino
Al señalarme el camino
Las condiciones creadas,
Y a las bellas alboradas
Que iluminaron mi sino.