Hay un vacío dentro de mí, que no he podido llenar,
hay un ansia de amar que nunca, nunca fue saciada,
y, aunque mil bocas logré que me dieran a beber,
todas pasaron...
Hoy, que se acerca la vejez, aún buscando
me hallo... sin encontrar,
tal vez no exista la mujer
que quiera que eche a sus pies
mi antiguo sayo...
Aun así, miro la estrella... y sigo andando.