QUIERO AMARTE…
Quiero amarte más allá de mis fuerzas…
Quiero amarte por creo que es pecado olvidarte.
Quiero amarte por esos versos infinitos de un enamorado,
Y esa mirada profunda de tus ojos que me cautivaron.
Quiero amarte como se ama la vida…
Quiero amarte como aprendí a amar a Dios,
Quiero amar tu poesía y que sea mi libro favorito.
Cómo sí tus letras, se hubieran incrustado en mi alma.
Quiero amarte como el sol ama a la luna en el atardecer.
Cómo Dios ama a las estrellas y las llama por su nombre.
Quiero amarte y morir pronunciando tú nombre.
Cómo una poesía que siento es una sintonía de AMOR.
Quiero amarte porque mi alma se seca sin ti,
en la espera de juntar tus labios con los míos.
De mirarme en tus ojos profundos, siempre míos.
Deseo sofocar estas ansias de tenerte otra vez mío.
Quiero amarte para no sentir mis manos vacías de ti,
en medio de la noche se extienden para tocar tu cuerpo.
Quiero amarte para no olvidar lo que vivimos,
Un AMOR con la VIDA, la carne y los huesos.
Quiero amarte… hasta la eternidad…
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe, es el alma-
Todos los derechos reservados©
Quiero sentir tus labios mi dulce ali
Quiero sentir tus labios
entre los pétalos del beso mío,
amándome. -Ali mía-
Quiero sentir
los abrazos, llenándome de amor.
Quiero sentir tu piel
sobre la mía, entibiándome el lecho.
Quiero sentir tu amar, Alicia
emborrachándose del amor mío.
Quiero sentirte mía solo mía.
que la noche fuere romántica,
muriendo de placer en tu huerto.
Quiero sentir entre mis piernas
la rosa de tu vientre.
Quiero sentir el roce
de tus gacelas,
corriendo por el bosque de mi pecho.
Quiero sentir el mirar de tus ojos
en los míos, color meloso.
Quiero sentir bajo la sombra
del florido manzano
el fruto de tu rosal.
Quiero sentir
tu cabeza sobre mi izquierda
y mi derecha que te abrace.
Quiero sentir tus montes perfumados.
Quiero sentir dulce ali…
tus mellizas entre mis manos
-delicioso el vino exquisito
de tu boca bajo la lengua-.
Quiero sentir
el aroma de tus vestidos.
Quiero sentir
que el velo
de tu jardín cerrado
se descorra, cuán delicadamente.
Quiero sentir que tus muslos de seda
se abran para yo entrarme.
Quiero sentir la floración
de tu monte -espigas de rubio trigo
se ericen del amor que os tengo-.
Quiero sentir que te emborraches
de mi cuerpo amante. -Cuando tuyo soy-
-salvador Úbeda Gr 11-12-11-