Divorcié mi alma por amor carnal,
Me vertí en la piel de la seducción;
Derrame a eufrates en un santuario
Y bebí el licor ámbar de la pasión.
Mis manos lujuriosas azotaban
La esencia del amor real.
Mis ojos en vigilia pernotaban
En aquella manifestación sexual.
Era escandalosa, cuan risueña
Solía ser, era sin ser;
Mas, o antes del desafuero incierto,
Siendo de niña cabalgo a mujer.
Mi sed de paciencia disimula
Las ganas de abandonar su estadía,-
Mi amor es herido sin prisa;
Mi inspiración se convirtió en cobardía.
Me asesinan los principios,
Me abaten los valores sociales.
La crueldad se burla de mi tristeza
Y el amor me grita que lo salve.
Me asfixia el protocolo ingenuo
Por su perecedera existencia;
Me asustan los cuerpos con almas rotas
Y odio del amor su indiferencia.
Mi vida se ha convertido en un refugio
De la amargura y el dolor;
El amor que siento se esfuma
En un cuerpo, una mujer, un adiós…