Quizás, no lo sé, tal vez algún día sea
el esplendor de un reencuentro,
ya sin goznes de puertas escondidas,
sin preocuparnos por chillidos
que delaten nuestras mentiras.
Quizás cuando te encuentre
en otro octubre, en otra primavera
brindaremos con ese amor añejado
en cubas de tiempos, en esperas
y sabremos a uvas,
a perfume de almendras.
Quizás, sólo quizás…
Pero al otoño ahora recrudece en las hojas
vuelven ocres todos esos anhelos
disimulados en savia que se va
que se esconde a otro verano
a renacer quizás con más empeño,
y esta melancolía…
fruto de un racimo florecido
que no quiere drenar sus jugos en vasijas vacías,
aireadas con un aire diferente, extraño
que no sabe a nada,
que apenas sabe a resaca contenida;
y esta melancolía…
que aún se empeña en beber de tu vida.