Buen día, madre querida.
Siempre tú haciendo algo.
Eres incansable.
¿Ya estás tejiendo
bufandas de lana
para los niños necesitados?
¡Siempre pensando
en los demás, madre!
Estoy orgulloso de ti,
madre amada.
Mamá, quiero decirte
algo, pero prométeme
no preocuparte.
Es que... necesito decírtelo.
Déjame apoyarme
sobre tu regazo,
como cuando era niño.
He discutido con ella, madre.
Siempre discutimos
por tantas cosas...
Pero hoy, ella me ha dicho
que se ha enamorado de otro.
¿Me escuchas madre?
¡De otro se ha enamorado!
Nada ya podemos hacer
para que nuestro amor
vuelva a ser
como el de antes.
Madre...tengo una pena
tan, pero tan grande,
que siento deseos de llorar.
Permíteme llorar
sobre tu regazo...
La he perdido, madre,
para siempre...
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto - 15/03/2015)
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