¡Cuán repulsivos
Son esos dictadores
De toda laya!
Son repugnantes.
Se creen infalibles.
Son narcisistas.
Son la vergüenza
De los seres humanos,
Cuyo desprecio
Por temor callan
Y víctimas no ser
De su demencia.
Crueles psicópatas
Son los sátrapas todos
Que amos se creen
De la verdad
Y del mal y del bien
Y con licencia
De impunidad
Asesinan infantes
Con gases y hambre.
Y al joven matan
Con sus armas de fuego
De odio letales.
Y son cobardes,
Se rinden y sollozan
Cual plañideras
Cuando el poder
De la fuerza brutal
Que los ampara
Se les derrumba
Entonces se sumergen
En cobardía.