Desde que te conocí
me encerré en la libertad de tu pureza,
y me abrazé al olor de las mañanas,
porque te encontré impregnada en cada segmento del día
en cada espacio minucioso de mi armadura
que poco a poco, centímetro a centímetro destruiste
y quedo mi corazón expuesto;
quedó desnudo y vulnerable a tus manos,
quedó indefenso y casi muerto a tus labios,
por eso grita y late, sangra y salta
mientras la luna sonrié mientras pinta
su mágico recorrido por las sendas de tu alegría,
cada noche, a cada parpadeo
desde que tu estas aquí
mi mundo esta desordenado
por el temor de que un te amo, no sea escuchado.