Me evadía esa flecha, esa espada, la lanza
que hiere de amor apenas viene y te toca,
escondía se el corazón cual diamante roca,
duro… y ahora está cupido que baila su danza.
Puede cansarse uno, cupido no se cansa,
trabaja y trabaja, obrero incesante y fino,
sus vuelos son aire tierra, también hay trazo marino,
y cuando llega y te apunta su tiro no va a fallar,
existirán mil excusas, no se va a equivocar
porque es tirador certero y lo demuestra su atino.
He sido alcanzado por su perfecto disparo,
una vez energizado sale en ruta irrevocable,
qué iba a pensar yo, si lo que no es tocable
iba a llegar a tocarme y sé bien cuánto es de caro.
Cuando despierta o renace la extraviada ilusión
por alguien que hace sientas ese algo especial,
después de flechado cambias y no es igual
el latido normal y tranquilo del corazón;
se te escapa el alma, no obedece la razón
es un clima diferente, otro, todo distinto,
como escribir un Poema a mano y retinto,
durable para siempre o una eterna canción.
Estimada Dama Escritora de inigualables letras y Poesías
ya había pensado yo que el amor no existía,
que solo era un libro de bellezas y destrucción
porque inicia todo lindo… después la complicación;
pero, que voy a hacer Mi Bella Dama Escritora,
si nadie ha adivinado aún cuando le llega su hora
y en estas cosas que se sienten así, repentinamente
el alma se torna necia y el corazón insistente;
perdone si me propaso, ni usted ni yo culpa tenemos,
es… que cupido trabaja y si sale todo bien
y a usted también ha flechado, pueda ser se enamore
y pueda ser… que nos amemos…
A.Maestre