¿Qué es lo que
me lleva a comentar
todo esto?
No puedo dar
una exacta respuesta
a lo que me pregunto.
Decir lo que siento,
en una realidad
tan cierta
como mi propio nombre.
¿Cómo es que podría
llegar a abandonar
a quien tanto quiero,
a todo esto que necesito,
como mi propia existencia?
Los últimos acontecimientos
de mis días, me llevan
a expresarme de esta forma.
Triste es la realidad.
Más que triste, angustiante.
Más que angustiante.
El miedo ha llegado
a hacerme sentir por momentos,
más que miedo…pánico.
Las noticias de los diarios,
de la televisión,
ante tantos crímenes injustificados.
Sucesos que en mi Patria
suceden, y que lastiman
los corazones de todo un pueblo.
Muertes que no se aclaran.
Violaciones que se cometen.
Injusticia, demencia de seres
Irresponsables…que no saben
lo que dicen, ni lo que hacen.
Pánico en los barrios.
Muertes reales, no encontrándose
a los verdaderos asesinos.
Y si los encuentran,
no se les hace justicia.
Estos acontecimientos,
por momentos me hacen perder
la razón…
Los leo, los veo y me
parece increíble
que sea una realidad,
pero lo son.
Hace once días salí
para hacer una diligencia
de trámites personales.
Al salir de casa, le dejé
encargado a mi hermana
me cargase por cuarenta pesos
mi celular.
Salgo, hago mis respectivos
trámites, y al llegar
a nuestro departamento,
me llevo la gran sorpresa
de que manos anónimas,
habían forzado la cerradura.
Entraron, dieron vueltas
y revueltas todo lo que había
en las habitaciones.
Encontraron lo que buscaban: dinero.
El lugar exacto en el que
yo tenía unos cuantos pesos,
y los pesos que mi hermana
tenía en su habitación.
Ambos importes encontrados.
Se los llevaron, inclusive mi celular,
que no había llevado.
Lo dejé sobre la impresora.
Se lo llevaron para después
venderlo, seguro.
No estábamos ninguno
de los dos en el departamento.
Supongo que llegamos
ambos por separado
a los pocos minutos
de haberse cometido el robo.
Hice la respectiva denuncia policial.
Fui a la compañía de seguros.
En estos días nos reconocen
el importe del cambio
de cerradura y unos pesos más…
Ladrones sobre los techos,
Delincuentes que se rumorea
son drogadictos vecinos,
que nadie quiere señalar
por temor a que nos maten.
Encontré sangre en un sobre
en el cual guardaba
Importantes documentaciones.
Lo comenté en la comisaría.
Lo declaré en la compañía.
Pero hacer un ADN,
sale una fortuna…
Durante el día, queda la sensación
de que en cualquier momento,
y qué decir por las noches.
Expectantes de pasos en los techos.
A la expectativa de que
los delincuentes puedan
volver a robar.
Pánico en el cuerpo,
en el cerebro…
Deseos de abandonar la página.
Sé que nuevamente
es una gran locura mi pensamiento.
Pero… cállate corazón.
Si te abandono,
seguro estoy que he de
arrepentirme, Poemas del alma…
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto - 17/03/2015)