Donaciano Bueno

Ciudadanos

Hoy yo tengo el alma herida

por nuestro futuro incierto,

porque alguien a nuestro huerto

quiere echarle fungicida

y lograr que la bebida

de esas plantas, esas flores

se queden ya sin olores

huérfanas de toda vida.

Yo aquí les tiendo una brida

para atar a bruñidores.

 

Ciudadanos soberanos

vosotros sois el poder,

no dejéis que el buen hacer

se os escape de las manos.

Muerte ya a los cirujanos

que os quieren diseccionar

sólo para ellos medrar;

cruentos son, son matasanos

que a otros tiempos muy lejanos

os pretenden retornar.

 

Por vosotros, vuestros hijos,

vuestros descendientes todos,

huyamos de viejos modos,

salgamos ya de escondrijos.

No volvamos a cortijos

de señores indecentes

que os lavarán las mentes

cual si estuvierais beodos.

Y a los reyes visigodos

tengamos siempre presentes.

 

No permitais que indigentes,

gentes de mala calaña,

pretendan hundir España,

seamos, pues, diligentes.

Que el agua de nuestras fuentes

es blanca, límpida y pura

y aunque ahora la amargura

discurra en sus afluentes

renacerán alicientes

pues este mal tiene cura.

 

Ciudadanos, ciudadanos,

gentes nobles y sencillas,

evitemos las rencillas,

pues todos somos hermanos.

Por la patria, por su historla,

que al noble pueblo español,

le esperan horas de sol

y grandes días de gloria.

Disfrutemos la victoria

jugando en el mismo rol.

 

Que esta historia no fue un cuento,

que se forjó día a día,

con esfuerzo y alegría

y con inmenso talento,

usando un buen pegamento,

pan, trabajo e hidalguía,

buena dosis de energía

en constante movimiento.

Y ahora ha llegado el momento

de afianzar su valía.

 

Obviemos a quien proclama

ser de izquierdas o derechas.

que esas son frases barbechas,

que eso es sólo una soflama.

Que el país lo que reclama

es que haya buenos gestores

que repartan los favores

por igual a los que ama.

Cure a los que estén en cama

y les calme sus dolores

 

Andaluces, madrileños,

nuevos, viejos castellanos,

baleares y riojanos,

catalanes y extremeños,

vascos, canarios, murcianos,

cántabros y aragoneses,

gallegos y mellillenses,

y ceuties y asturianos

navarros y valencianos,

¡y tú, pienses lo que pienses!

 

Y aunque seamos diferentes

y pensemos tan distinto,

bebemos el vino tinto

y el agua en las mismas fuentes.

Pues que aquí somos iguales

y aun por distintos motivos

son los mismos objetivos

de esperanzas a raudales,

nunca ilusos, muy cabales,

lo que nos mantiene vivos.

 

No esperen a iluminados

a resolver los problemas

o a personas que son memas

que os impongan sus candados;

a los que son convertidos

impresentables, creidos

o a los que son sobornados.

Pues terrenos abonados

no serán nunca perdidos.

 

Ciudadanos, ciudadanos!

¡qué palabra, qué hermosura!

¡qué compendio de ternura!

¡cómo rimas con hermanos!

Cantemos todos unidos

al ritmo de esta canción

uniendo fuerza y pasión

por los tiempos ya vividos.

Con nuestros cinco sentidos

y con un solo corazón.

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Donaciano Bueno Diez