..., suplicar \"quédate conmigo\".
Te quedaste para ser
inspiración de mis versos,
presencia avivando mis adentros;
sol iluminando mis días,
cura de una soledad que hería;
música viajando en el viento,
calmante de un mar de miedos.
Y mi alma se entregó a ti,
sin otras voces oír,
sin reservas ni lamentos,
franca cautiva en tu templo.
Te llevo en la piel,
te siento en mis sueños,
eres cada segundo recuerdo
desde el día aquel.
Te quedaste conmigo,
no junto a mí.