Paranoia

Al otro lado del espejo...



Soledad..., te escribes y golpeas mi pecho desnudo,
destruyes esas hermosas razones de estar sin estar
en ésta realidad ahogada en el último lamento de...,
vivir] sobrevivir es mísera la cuestión de cambiar
un estado por otro y volver a la misma reanimación
de esas consonantes fundidas en el alma que...,
se desgarran en los mismos latidos homogéneos
y confusos atrapándose en la esclavitud de la caja
musical para los amantes del sentimiento hecho verbo,

escribo, versos y una cantidad inservible de palabras,
escribo dolor sin sangre en mis manos, escribo tristeza
y una lágrima se funde en la entraña sanguínea
que evito sacudir de la jaula ósea que escondé la vida,

soledad te escribo a renglones y aplaudo mi muerte
y sueño otra vez con tus lágrimas abrir mi herida
a verbo de versos aumento el adjetivo para soñar contigo
y mañana no conmigo.


Al otro lado del espejo estarán los sueños
y con ello la frecuencia cardíaca de un papel en blanco,
una mano tendida en el suelo,
una bandera pálida en la vergüenza
y una rendición pusilánime en el avanzar a tropiezos,
estará terminada la obra del silencio,
y la muerte escribirá los últimos versos.