kavanarudén

Poseerte en la distancia

 

 

 

 

Lentamente dejo reposar mi cuerpo desnudo.
Cansado del peso del día, me abandono.
Grata sensación siento sobre nuestra cama.
Esa cama testigo silente de nuestro amor, de nuestra pasión, de nuestras locuras, de nuestros secretos más íntimos. Suspiro profundamente encontrando la calma.


El sueño me vence, los párpados se me cierran.
Mi boca pronuncia tu nombre, que cada ves siento más dulce.
Tú mi último pensamiento del día y el que inaugura la jornada.

 

Casi inconsciente extiendo mi brazo para asirte a mí, tiento y no te encuentro, las sábanas frías de tu lado, me recuerdan que no estás presente. Maldigo mi suerte en un instante de conciencia. Quiero tenerte. Ansío amarte. Me pesa tu ausencia quédome silente.

 

Un \"te amo\" se me escapa de los labios.
Me doy media vuelta, abrazo tu almohada que conserva tu olor. Me pierdo pensándote. Sé de memoria cada parte de tu cuerpo y la recorro mentalmente.
Agitado me siento, mi corazón late fuertemente, la pasión se enciende muy lentamente. Mientras recuerdo el calor que emana tu cuerpo desnudo al contacto con el mío, siento en mi espina dorsal un escalofrío.

 

La penumbra me envuelve, rayos de luna penetran mi alcoba solitaria, mi piel te llama, mi cuerpo reclama el peso del tuyo, mi calor te añora, mis brazos te ansían.

 

Mis labios reclaman tu morder sensual; mi cuello se eriza esperando tu besar; mi lengua grita aclamando el sabor de la tuya, su toque, su acariciar, su inquieto agitar; mi pecho reclama tus dedos ardientes y mis tetillas endurecidas el torturar de tus dientes. Mi bajo vientre encendido está, extraña el tuyo, candente, húmedo y complaciente. Explosión sonora que ahoga mi voz canora.

 

Después en quietud mi alma llora, pues mucho te añora.
Maldigo de nuevo mi suerte, pues todo mi ser desea tenerte.
Cansado, exhausto, agotado, durmiente, me abandono a mis sueños, esperando encontrarte y de nuevo poseerte.