De tanto amarte...
desperdicié sonrisas y besos
cerré oídos a palabras blancas
y comí tiempo que no floreció.
De tanto amarte...
olvidé que el corazón sentía
que al alma el adiós dolía
y que de los ojos también llovía.
De tanto amarte...
Escribí colores que a otros decoraron
que con labios ajenos a otras conquistaron
y que por mi culpa... también suspiraron.
De tanto amarte de esta forma
tan mía y más que humana
sólo y triste desperté una mañana
y sólo oscuridad entró por mi ventana.
Por amarte así desalmada,
quise odiarte de corazón
pero no tuve la convicción
y terminé deseándote con devoción.
De tanto amarte...
aprobeché sonrisas y besos
capté quejidos suaves y míos presos
y degusté momentos sin sucesos.
VENIA DE SU RECUERDO
Aquél día, venía de su recuerdo,
oscuras nubes eran mis ojos,
esperanzado en un futuro que lerdo
llegaba y y no retiraba esos abrojos.
Sabía que era un loco cuerdo,
amar a la dueña de mis enojos
alguien onírico con quien me pierdo
y que al no estar dejó sólo despojos.
En el éter ya no se dibujaban
las cosas aquellas que veíamos
ahora sólamente estaban
los momentos que atrás dejamos
esos miles de instantes que enamoraban
los corazones cuando nos amábamos.