Hay un niño que sale por mis ojos.
Alimenta caballos de madera.
Construye trompos de los panales.
Atrapa gorriones en cada verso.
Y eleva papelotes que se pierden en las nubes.
Camina quebrada arriba en busca del encanto.
Descubre grillos en las hendiduras de la pared.
Saca, de las esquinas de la casa, culuquitas de la arena.
Lleva siempre un dulce y una moneda en el bolsillo.
Y va creciendo desde adentro.
(Danny Ortiz)