Te vas, te vas/ para nunca regresar,
cuando te pienso comienzo a llorar/
y entre mas lloro mas puedo imaginar,
tu rostro de niña/ que he de olvidar.
Pasas a mi lado, sin mirar hacia atrás/
soy una estatua que quiere despertar,
espero tus labios/ me vuelvan a besar
y descongelar mis pasos y correr detrás…
…de ti, de tu sombra/ de lo que jamás volverá,
detrás de esa esquiva mirada –perdida-
que se esfuma, como leños en la hoguera
y te vas y mi triste pecho llora tu partida…
…se ahoga con el dulce sabor del alcohol
y la copa que aguardaba tu llegada,
ahora se ha evaporado al salir el sol
y se marchó de mi boca, tu piel tatuada.
Mas ahora; solo, en otro cuerpo me refugio,
en la fría alcoba/ de alguna otra dama
y no puedo ni recordar -cómo se llama-
solo sé; que en sus brazos ella me acogió,
y me brindó el cariño/ que tu corazón olvidó,
más te vas y no quieres ni recordar
las noches/ en la que mi cuerpo te cobijó
y hoy solo repudio te puede causar.
¡Te vas! ¡Vete! no quiero volverte a mirar,
es más dígame ¿quién es usted? ¿quién?
hoy de mi pensar, he podido/ sus besos borrar,
y soy feliz, pues un nuevo amor; tengo también.