Emig Paz

En el Día de los Muertos

Hoy visité tu morada eterna

La casa que ni diseñaste ni escogiste

La casa donde vivirás por siempre

Olvidada de la vida, de la luz del sol

Y del brillo de las estrellas.

 

Allí estas,

Postrada en el tiempo

Con la mirada cerrada en las tinieblas

Tu corazón inerte palpitando en el recuerdo

De una flor disecada en el umbral de tu lecho.

 

Nada te llevaste

Tan solo el amor envuelto en palabras

Atrás quedaron lágrimas rodando en las pupilas

Que siempre hablan de tu regreso

Rodeado de luz bajada del cielo.

 

No sé si volverás

Pues ha pasado tanto tiempo

Y tu casa sigue tan intacta

Y tu lugar en la mesa siempre vacío

Ni una palabra de esperanza

Ni una palabra de consuelo basta

Para sentir esta pena sentida en la distancia.

 

Un día más he venido a tu morada

A contarte como mis sueños de infancia

Se convierten en palabras y viajan en el espacio

Como la vida creció en tu ausencia

Bajo el brillo de las estrellas y la risa de la luna

Hoy estoy aquí con una flor recién cortada

En el jardín que dejaste

Allá donde canta el viento con música de ángeles

Ásí una vez recuerdo el llanto

Y estoy en la puerta de tu casa

Sin llamar por tu nombre

Pues aquí no vive nadie más que tu sombra

Hecha por esa cruz que recuerda la fecha de tu partida

Y el día cuando de pronto

Nació el dolor de la nostalgia con un ave que se esfumó

Con sus alas abiertas en el cenit del universo.

                                   © Emig Paz