Mis ojos observan tu elegante figura de piernas entrecruzadas
en aquella silla ejecutiva negra discrepando sobre temas cotidianos,
sobre la vida y la educación en los aprendizajes eficaces del amor
para entender que las sensibilidad del corazón son tus tiernas palabras.
La lluvia re pique tea el denso y seco techo de mi morada que
hace cruzar nuestras miradas entre la pantalla del computador,
para no dejar de escuchar tu frágil y bella voz de dama educada en aquel video
de noticias de veinticuatro horas encendiendo mi musa con sublime canción de amor.
El viento estremece el grisáceo firmamento Barines para conectarme
en tus pensamiento lejanos y entender que la distancia nos une,
a través de mis sueños e imaginaciones con deseos de aprender la facultad de
besar tus labios en algún rincón de la Florida.
Derribada te siento entre mis brazos cubierta de pétalos de rosas
en donde tus cantos van mas allá del viento hasta los extensos campo del amor,
cubiertos por los bellos sonidos de aquel pajarito cristofué en las
mercedes del romanticismo indescriptible de tu pasión.
RIVAS JOSE