RIVAS JOSE

En algún rincón de la Florida.

 

Mis ojos observan tu elegante figura de piernas entrecruzadas

en aquella silla ejecutiva negra discrepando sobre temas cotidianos,

sobre la vida y la educación en los  aprendizajes eficaces del amor

para entender que  las sensibilidad del corazón son tus tiernas palabras.

 

La lluvia re pique tea el denso  y seco techo de mi morada que

hace cruzar nuestras miradas entre la pantalla del computador,

para no dejar de escuchar tu frágil y bella voz de dama educada en aquel video

de noticias de veinticuatro horas encendiendo mi musa con sublime canción de amor.


El viento estremece el grisáceo firmamento Barines para conectarme

en tus pensamiento lejanos y entender que la distancia nos une,

a través de mis sueños e imaginaciones con deseos de aprender la facultad de

besar tus labios en algún rincón de la Florida.

 

Derribada te siento entre mis brazos cubierta de pétalos de rosas

en donde tus cantos van mas allá del viento hasta los extensos campo del amor,

cubiertos por los bellos sonidos de aquel pajarito cristofué en las

mercedes del romanticismo indescriptible de tu pasión.

 

RIVAS JOSE