Cuando las mariposas negras
empujan mi patera
a las orillas de la soledad infinita
en mi desierto,
oigo el llanto de los hombres
y siento que mis lágrimas
son gotitas de caprichos ambiguos
al lado de tanto dolor y tristeza
que siento aullar en los rincones de la tierra.
Ana García Briones
Del libro: Partos de luz