Mi almohada lo ignora,
no sabe que estás aquí…
no quiero nombrarte,
no quiero pensarte.
Te mantengo con los grilletes
de la secreta indiferencia,
pero hoy y solo por hoy,
te dejo mirarme.
Un destello te delata,
pero no te permito,
no me permito traerte a flote.
Seguirás hundido
en este oscuro mar,
no saldrás,
no lo mereces…
así de ínfimo eres,
así de inútil,
así de triste,
así de monocelular.
No tuviste el impulso,
no tuviste la fuerza.
Sólo fuiste el desliz del tiempo,
la equivocación de la historia.
No tuviste la entereza
para la existencia.
Eres… un gramo de nada