Tierna, frágil, dulce e inocente,
Como niña recién nacida,
En los rayos del sol creciente,
Seas santificada y bendecida.
Tu esencia se renueva y brota,
En el alma de cada amante,
Cuya armonía, nota a nota,
Evoca la música naciente…
Del embrujo de tu presencia
Con el aroma de las flores,
Que forman la suave fragancia
Del aliento de tus amores:
Que son las aves de los cielos,
Cuyos trinos, renuevan tu canción,
Que el viento y la brisa se llevan,
A donde encuentran un corazón…
El que entristecido y agobiado,
Recibe el dulce llamado,
De tu armónica y mágica voz:
Argumento de tu juventud…
Que la ansía aquel desesperado,
Y el pobre hombre renegado,
Que viejo, se anima y rejuvenece,
Al vivir un nuevo amanecer…
Con la dulce y soñada esperanza
Que tu voz y canto prometen,
Que tus pardos colores pintan,
Que tus añejos sabores endulzan,
Y que tus fragancias aromatizan,
Para el beneplácito y el regocijo,
Del hombre que año tras año,
Con ansia, desea volver a verte…
FÉLIX CANTÚ ORTIZ - México