Estoy, dos palmos bajo tierra
Y aún, dos más abajo, que estuviera,
Todo está frio,
El silencio es cautivo,
Me sustento, abrazado, a mis raíces,
Es lo único, que me aferra.
Estoy dos palmos bajo tierra
Pero aún, estoy vivo.
He esperado, hasta esta primavera,
Para levantar, mi cabeza,
Creo, que esta estación, todavía no es la mía.
Permanecerán, mis labios, sellados a la tierra,
Los dientes, jugando con alguna piedra.
Y en estos dos palmos, está la diferencia,
Mientras tú, te desprendes de tu ropa,
Allí arriba,
Yo aquí, simplemente, mi cuerpo espera.