De este punto hacia atrás todo lo desconozco, es inevitable,
eso nos pasa a todos siempre que entrecruzamos las vidas
en un génesis, donde una luz o una sombra cruza con la otra
y todo empieza de cero, porque es ineludible, no poder devolvernos.
Nadie puede llevarnos a pasear por sus vidas atrás en el tiempo,
sólo nos van poniendo al día con crónicas, chistes y recuerdos
y nos muestran su álbum con retazos recogidos de momentos.
Pasan ante nosotros una fila de rostros, lugares y sentimientos:
una caída de niños, anécdotas de amor, de trabajo, de familia.
En eso a todos nos toca ser nuestros propios historiadores
- no obstante que nunca faltan nuestros detractores -
siempre condescendientes con la versión del ser que somos
considerados y discretos como una madre con sus hijos.
Aunque he visto uno pocos casos verdugos de sí mismos,
su cazador con perros, su carcelero, su propio enemigo.
Lo que importa en este punto en que se entrecruzan nuestras luces
es que todo puede ser absolutamente nuevo, recién nacido
igual que el fondo del horizonte para que el sol nuevo salga cada día,
donde nada existe, lo vivido es vivido, sin importar el sabor que tuvo.
Si quieres cuéntame algo de tu camino, escoge tu cada episodio
yo nada más me siento en tu sala a ver la película de tu tiempo,
tú la escribes, la actúas y la diriges, con el derecho que todos tenemos
y de corazón, no me importan ninguno de los retoques ni los arreglos.
Pero no te esfuerces en darme un Informe de los Viejos Tiempos,
que igual que tu, yo también tengo un rincón de grises recuerdos
y nada más importa este momento, este lugar donde sembremos
la secuencia de ahoras y aquíes en nuestro viaje por el tiempo.