Duermo una noche si y otra tampoco,
nada que decir en la inmensidad del todo.
Todos creen en mi pero yo me sepo a poco,
me precipito al porvenir rompiendo lo que toco.
Busco el sonido del silencio y el esperpento,
de la palabra amor sin argumentos.
Las malas noticias se las lleva el viento,
mientras juego a perderme y encontrarte en el firmamento.