Tengo frío y pienso en tí;
en ese cálido abrazo cuando llegaba a mi hogar,
esos besos y caricias, las que añoro sin cesar
y ese Tu dulce mirar, descubriéndome hasta el alma
que ansiaba ver tu mirar.
Gracias Dios... Gracias mil
por esa oportunidad de vivir aquel momento,
por comprender lo que siento;
y descubrir mi querer...
Por amar lo que yo quiero
por querer a quien yo amo,
por ansiar tener las fuerzas
y poder vivir y amar.
Estoy consiente de todo,
rodeado y amenazado;
tentado hacia la maldad.
De la vida que me falta;
y lo que veré del mundo
que muy aprisa se enferma
buscando su destrucción...
Trataré que en mi medida
conservaré la alegría,
agradándole a mi gente;
compartiéndole mi amor.